Ha nacido desde la ilusión de crear y desarrollar un buen vino desde el absoluto respeto a la naturaleza y sus procesos. La elaboración del vino, es para nosotros igual a un proceso creativo y artístico; se ofrecen las mejores condiciones y se deja desarrollar con la mínima intervención enológica.
La filosofía de la bodega es hacer confluir el arte, la cultura, el respeto hacia la tierra, el amor por el trabajo y la consciencia en cada intervención y en todo el proceso, compartiendo al final con los demás el disfrute, traducido en una copa de vino.
Hacemos 2000 botellas numeradas y muy cuidadas para que representen fielmente nuestras ideas sobre la combinación de lo bueno y lo bello.
Físicamente la bodega tiene 2 apartados. El edificio central con sus 3 espacios separados; uno para la manipulación, otro para la fermentación y el tercero para las barricas. Todos los espacios están ambientados con poesías escritas especialmente para este lugar. Pensamos que, dado que el vino es algo vivo que absorbe todo, el ambiente artístico y aromático en la bodega tiene su sentido.
En la sala de barricas además se ha creado el ambiente y los aromas naturales que envuelven la cepa y la uva en su época de crecimiento, mediante la presencia de las plantas aromáticas de la propia viña.
La última etapa del envejecimiento del vino se desarrolla en la botella en la bodega tradicional subterránea, excavada en la tierra hace unos 300 años, con el fín de guardar el vino en un ambiente óptimo entre 10 y 12 grados siempre, ajeno a las temperaturas cambiantes del exterior.